Una ciudad fría que esconde las historias de mujeres valientes

El frío de la madrugada esconde rostros de mujeres que salen a limpiar la ciudad, son las 02h38 los trabajadores de EMASEO EP llegan al Centro de Operaciones ubicado en la avenida Occidental. Entre ellos, llega Margoth Almache, se baja del carro de recorrido y va directo a los vestidores, saluda a sus tres compañeras y se cambia con su ropa de trabajo jean, camiseta, saco y una chaqueta gruesa de color azul, con cintas reflectivas, para prevenir accidentes. No le falta su bufanda con capucha para cubrirse del viento de la fría noche.

Margoth vive en Gualo – Llano Chico, tiene cuatro hijos y una nieta de 3 años. Ella es el sustento de su hogar, en la madrugada al salir de casa es su hija mayor quien se despide “mami ya no madrugue es muy esforzado, ¿Qué hacemos si le pasa algo?”, comenta; pero para Margoth el turno de la madrugada en el que trabaja ya un año, le da la opción de llegar a medio día a preparar el almuerzo y esperar a sus hijos luego de la escuela. Trabaja en la institución 10 años.

“Me gusta mucho lo que hago”, resalta Magoth, mientras inicia su jornada de trabajo, son las 03h00, le han asignado el sector de La Ofelia, hoy no va a salir con la barredora mecánica, tuvo un desperfecto; lo hará en el carro recolector de desechos. Aquí su labor es barrer manualmente y subir las fundas de residuos al carro.

Margoth, ha tenido suerte en el trabajo, sus compañeros le ayudan y consideran, por ejemplo, cuando se retrasa al paso del carro recolector, cruzan a su acera y le ayudan a barrer hasta que se iguale. Cuando van en la barredora recogen alrededor de 2 o 3 toneladas de desechos, mientras que, en el área de recolección son entre 5 o 6 toneladas las que colocan en los vehículos.

Con orgullo Margoth, recuerda los cursos de capacitación a los que ha asistido. “El de las 3´R, reduce, reúsa y recicla, es muy importante, me gustaría que la gente sepa de eso… Así serían conscientes de reciclar”, manifestó. Aunque también reconoce que muchas veces quienes riegan la basura son los recicladores, que rompen las fundas en busca de plástico y cartón.

Son casi las 4h30, se empiezan a ver las primeras personas, el frío de Quito no permite distinguir el género de los trabajadores, para los transeúntes, Margoth, es una más; para ella mantener limpio ese sector es lo mejor que sabe hacer. “¿Qué harán?, para eso se les paga y no hacen nada, no recogen la basura” dice una señora. Ella, sonríe y continúa en su labor, en la capacitación de gestores urbanos, les dijeron que los usuarios son la prioridad y no deben discutir. Así lo hace.

Faltan pocos minutos para las 7h00, están de regreso en el Centro Operativo La Occidental, ahí les esperan sus compañeros del segundo turno. Entrega los implementos de limpieza y se dirige a bañarse y cambiar su ropa, sabe que su turno de madre inicia en pocas horas. “Sé que mi labor es importante y cumplo mis obligaciones con responsabilidad. Me siento a gusto siendo parte de EMASEO”,  se despide.